Eduardo Casaux nació el 6 de diciembre de 1851 en el pueblo de Luc, cantón de Morin, en los Bajos Pirineos de Francia. Su padre, don Lázaro Casaux, se había casado con dña. Juana Magné y era maestro de aquella localidad. Al cumplir los doce años, fue colocado en casa de una tía y luego estuvo con sus abuelos, pero estando siempre entre el núcleo de alumnos de su padre y asistiendo luego hasta la edad de diecisiete años como el alumno externo de la Escuela Superior de Bourdeos. En 1868 su padre renunció al Magisterio para ocupar un cargo de Jefe de Ferrocarril Norte de Madrid. Es en esta ciudad en la que Eduardo se familiarizó con el idioma castellano, junto a sus padres y tres hermanos. Aquí Eduardo ingresó a la oficina de Tráfico de esa compañía, asistiendo por la noche al Ateneo Superior, donde obtuvo el título de Perito Mercantil, lo que lo hizo progresar en sus actitivades, que le valieron poco después, ser nombrado Secretario del jefe principal de la empresa.
Entre tanto su padre, renunció al puesto de Jefe de Oficina y partió a Buenos Aires, dejando a toda la familia en Madrid. Aquí volvió a ejercer la docencia en escuelas de Gualeguaychú, Tandil, Navarro y Pilar. Al poco tiempo llamó a sus familiares y llegaron a Argentina a principios de 1873, desembarcando en el Vapor Francia el 23 de enero de ese año. Eduardo tenía entonces 22 años. Nombrado Preceptor Elemental por el Director General de Escuelas, Don Domingo Faustino Sarmiento a fines de 1877 a propuesta del Dr. Spuch; Consejero Escolar de Exaltación de la Cruz; preceptor de la Escuela Rural Nro.3 de Capilla del Señor, en el camino de Capilla a Luján, a 2 leguas de Capilla.
A raiz de la resolución creando la 1er. Escuela Fiscal de Campana, don Eduardo Casaux se radicó en nuestro pueblo en julio de 1879. Los comienzos como preceptor de la Escuela de Campana (lo decía él) fueron muy duros, no solo por que carecía de los elementos más indispensables para la enseñanza; sino por que debía impartir enseñanza a más de cien niños de edades y capacidades muy distintas y durante todo el día.
Don Eduardo Casaux era un señor entre los señores, se había casado en el 1875 con una señorita descendiente de familia patricia, Doña Rita Alsina, que era descendiente de Don Adolfo Alsina. Su pobreza (de él) era franciscana, lucía levita o el Jaquet, que vestía en cualquier estación, verano o invierno.
Don Eduardo Casaux no solo fue un maestro de vocación, sino que fue también un padre amantísimo. Para poder suplir la exiguidad de su sueldo, el preceptor se impuso la abrumadora labor de casi veinte horas diarias de trabajo sin descansar.
Además de sus tareas escolares, realizaba trabajos de contabilidad en trabajos de Campana como la panadería de Lívori, el almacén de Viola y el bar José Hernandez. También daba clases particulares a los hijos de Don Emilio Costa (primo de los hermanos Costa) y fue Vicepresidente de la Sociedad Francesa de Socorros Mutuos y Beneficencia.